Durante muchos años, Mo Gawdat, director de negocios de Google, estuvo interesado en diseñar una fórmula que le permitiera desarrollar un verdadero estado de felicidad permanente. Después de incontables horas de investigación, por fin descubrió una ecuación basándose en la comprensión de cómo el cerebro absorbe y procesa la alegría y la tristeza.

Gawdat tenía una vida resuelta desde lo económico. Una fortuna que había amasado gracias a su trabajo en el mercado de valores de Dubai. Pero la muerte de su hijo lo sumió en una profunda depresión. Pensó si debía optar por sufrir, recluirse en una habitación y no conocer la luz del día o aceptar la vida tal como es, con lo duro y los eventos desafortunados que ello implica.

La muerte inesperada de su hijo Ali, mientras disfrutaba de unas vacaciones en familia, llevó al ejecutivo de Google, a elegir entre sufrir por el resto de su vida ante la pérdida de quien a su vez era su ser más querido, mentor y mejor amigo, o a aceptar la vida con tan difícil situación. La fórmula de la felicidad que plantea Mo Gawdat es simple. Se trata de una diferencia entre la percepción de los acontecimientos en la vida y las expectativas de cómo la vida debiera ser. 

Aquella mentalidad transmitida de generación en generación, por padres y abuelos, quienes siempre nos han inculcado estudiar con juicio para luego obtener una profesión y “ser alguien en la vida” y con ello, poder trabajar en una prestigiosa compañía para lograr ser exitosos, y entonces solo así poder llegar a ser felices. El mito aquí es: creer que el éxito es más importante que la felicidad. Pero, cuántos casos no se han visto, de “personas exitosas” que realmente no son felices 

Si la ecuación planteada por Mo Gawdat, es tan simple, entonces ¿por qué es tan difícil encontrar la felicidad y por qué no somos felices todo el tiempo? ¿Qué es lo que está mal? La respuesta es sencilla: porque simplemente estamos buscando la felicidad en el lugar equivocado, la mayoría de las personas busca su felicidad afuera, cuando esta se encuentra dentro de ti.

17 días después del fallecimiento de su hijo, a la vez su mentor y mejor amigo, Mo se dedica a escribir, sin parar, su libro “Solve for Happy: Engineering Your Path to Joy” y en el término de cuatro meses consigue ser publicado en más de 20 idiomas.

Desde ese momento hasta hoy, Mo Gawdat, comenzó la búsqueda de una fórmula matemática que explicara la felicidad. Que respondiera todas las preguntas y que estuviera al alcance de todos. Y que si estaba al alcance de un padre que perdió a su hijo, podría replicárselo al mundo.

En La Casa de las Flores te explicamos en que consiste esta fórmula, primero debemos aprender a manejar 6 grandes ilusiones para funcionar apropiadamente: el pensamiento, el conocimiento, el ego, el tiempo, el control y el miedo; evitar 7 ángulos muertos o puntos ciegos: filtros, suposiciones, recuerdos, previsiones, etiquetas, emociones y exageraciones; estos 6 y 7 aspectos deforman nuestra visión de la vida y acoger 5 máximas verdades: el cambio, el amor, el presente, la muerte y la creación. 

Mo ha enseñado su teoría de Solve for Happy, a miles de Googlers cambiándole la vida a más del 90% de aquellas personas que han recibido dicho formación, la cual también se ha expandido a otras empresas.  Su misión es expandir su algoritmo, a través de su libro y el movimiento #onebillionhappy para lograr que el contador de personas más felices en el mundo siga creciendo exponencialmente.

Aceptar que la felicidad no es un simple querer sino un complejo poder. Por tanto, hay que pensar y cambiar hábitos si queremos llegar a tener este estado de dicha, visualiza tu día a día como un continuo cambio de tu estado de ánimo, donde tu esfuerzo está en vivir el mayor tiempo feliz, solo por convicción.

En La Casa de las Flores, cada día reafirmamos que es importante reconocer las ilusiones que fortalecen tu propósito de vida, saber que si no cuestionas a tu cerebro siempre puede distorsionar tu percepción y sobrevalorar tus expectativas. Identifica las trampas mentales que distorsionan tu percepción. No hay errores en la realidad sino en tu forma de percibirla.

De acuerdo al ingeniero, la felicidad o infelicidad, parte de la percepción con la que las personas reconocen ciertos acontecimientos. La felicidad no es lo que el mundo te da, la felicidad es lo que piensas de lo que te da el mundo. Si piensas en todo lo que tienes hoy, siempre habrá algo por lo que estés agradecido y así ser feliz.